Y DESPUÉS DE AQUEL MAÑANA...



Y después de aquel mañana
hoy percibo lo que sientes,
a través de las caricias
y los  besos que me ofreces.

El amor que va en tus besos
tiene esencias de claveles
y de rosas muy floridas
que así llegan a mi frente.

Es por eso que sonrío
y te acepto como eres,
bella niña de mis sueños
y de versos tan silentes.

Pero quiero que tú veas
la blancura de mis sienes,
y que sientas los latidos
cuando gritan que te quieren.

Es después de aquel mañana
cuando estamos en presente,
caminando y compartiendo
inquietudes y placeres.

Porque amar, en esta vida,
es mirar a los cipreses
y buscar en sus raíces
todo aquello que retienen.

La alegría de los niños,
el dolor de las mujeres,
el suspiro de las almas
y el susurro del nordeste.

No hacen falta más palabras,
yo te amo, simplemente,
porque sé que tu cariño
es amor que nunca muere.

"...Y después de aquel mañana
nos miramos diferente,
nos hablamos con los ojos
y bebemos nuestras mieles".

Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 14/08/14

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