CUANDO VUELEN LOS DELFINES POR EL CIELO...


Cuando vuelen los delfines por el cielo
crecerán las margaritas por los mares
y otra vez, entre locura y fantasía,
amaremos, sin dudar, las realidades.

Porque el mundo es la locura de los niños,
ese templo que se ve tras los cristales,
con un prisma de inocencia y de ternura
y que asombra y maravilla por mitades.

Cuando vuelen las estrellas con sus alas
cubrirán el firmamento con su sangre,
y unas alas de curioso pergamino
les saldrán a las sirenas en la tarde.

Porque sigue la inocencia de los niños
entre el verso y la leyenda que renace,
a través de los guarismos y las letras
de escritores y poetas singulares.

Cuando sientas que se quiebra el firmamento
y que lloran, desolados, los arcángeles,
notarás que con el alba ya amanecen
los aromas de las algas peculiares.

Porque todo es poesía en esta vida
y eso el alma de los niños bien lo sabe,
y adivina el pensamiento a los mayores
y hasta limpia sus nostalgias y saudades.

Cuando notes una mano que te busca
y unos ojos que te aprieten los pulgares,
sentirás que es el amor, el que te llama,
y una brasa que se aviva en un instante.

Porque el beso y el abrazo de los niños
no se compra ni se vende por sus padres,
se regala simplemente con caricias,
y sonrisas que se dan muy naturales.

Cuando veas unos labios que se acercan
y que buscan en los tuyos un mensaje,
analiza en su sabor, esta respuesta:
"si es amor lo que precisas y no amante..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/14

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