DOY GRACIAS AL ADIÓS...


Doy gracias al adiós, ya sin sentido,
diciendo que en el fondo no me amabas,
que nunca me quisiste realmente,
negando pronunciar esas palabras.

Sonrío entre sollozos, no lo niego,
y dejo que discurran estas lágrimas,
nacieron para ti, sin tú saberlo
mezcladas con cariño en mi plegaria.

Te mientes corazón y tú lo sabes,
y es dura la mentira si se engaña,
mas duro es el cristal que así se enfría
del otro corazón que no te aguarda.

Cortaste de un plumazo los suspiros,
las rosas y amapolas encantadas,
los sueños que nacían presurosos
jurando y perjurando que no amabas.

Me queda la verdad ante mis ojos
y el cofre primoroso que la guarda,
lo cierro y lo precinto para siempre
tratando que sus tapas no se abran.

Es triste la mentira de los ciegos
que olvidan la verdad por esa causa,
y es triste la mentira del amor
que brota con pasión y hasta con rabia.

Me quedo en soledad, con el silencio,
eterno compañero que no engaña,
si acaso me recuerda las heridas
dejadas por los sueños en el alma.

No importa, me contesto dulcemente,
tampoco si he perdido la batalla,
los sueños son locuras infantiles
que brotan de las mentes desquiciadas.

Por eso yo te amé de esa manera
y tú correspondías mi esperanza;
me amaste y yo te amé, sin darnos cuenta
y ahora la verdad cuesta aceptarla.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/14

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