CUANDO AQUELLA TARDE...


Cuando aquella tarde
me abriste la puerta
noté que el rocío
volvía a mis venas.

Latía la sangre,
deprisa y con fuerza,
soplaba la brisa
vibrando las cejas.

Y entonces ya supe
la eterna respuesta,
de aquella pregunta,
que nadie me diera.

Tus lindas pupilas
me dieron la prueba,
bebiendo en tus ojos
el verso y poema.

Cuando aquella tarde
subí la escalera
tu cuerpo temblaba
cual junco en la arena.

No sé qué pensabas
al verme por ellas,
subiendo intranquilo,
con cara de pena.

Quizás que era un niño
buscando un cometa,
quizás que soñaba
con lunas y estrellas.

Por eso me abriste
diciendo que viera
el alma sencilla
con puerta indiscreta.

Cuando aquella tarde
pasé por la escuela,
yo vi que lloraban
las rosas de seda.

Las rosas rosadas,
azules y negras,
también amarillas
y blancas eternas.

Y todas tenían
retazos y sendas,
de aquellos deditos
posados en ellas.

Crespones y lazos
de antiguas leyendas,
gorriones y rimas
de otrora poetas.

"...Cuando aquella tarde
me abriste la verja,
me diste la vida,
y te amé como eras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/15

No hay comentarios: