PODER ALZAR LA FRENTE...


Poder alzar la frente, nuevamente,
sintiendo la caricia de la brisa,
un beso incontrolado del destino
que llega, que desborda y acaricia.

Por eso tú me dices que adelante,
que siga mi camino por la vida,
que beba de las fuentes que nos dejan
el agua que el sediento necesita.

Y entonces me levanto de este lecho
cubierto del rocío y la calima,
dejando que la noche se marchite
y pueda comenzar un nuevo día.

Atrás embalaremos los recuerdos
bogando hacia las costas infinitas,
las mismas que cantaron las sirenas
y fueron, por las olas, perseguidas.

Pero es el corazón el que decide
e indica al soñador el que le siga,
que olvide las nostalgias y el pasado
y robe ese candor de las esquinas.

Así se encontrará con el tesoro
que un día describió la poesía,
el verso más florido y desgranado,
aquel que maravilla con su rima.

Es fácil que sus pasos le conduzcan
a un mundo de ilusión y de utopías,
allí separará, bien, las legañas
y entonces hallará lo que precisa.

El beso de tus labios soñadores,
el brillo singular de las pupilas,
el halo y el candor de unos abrazos
y el tierno corazón con tu sonrisa.

"...Poder alzar la frente, nuevamente,
y ser el timonel de mi barquía,
es algo que yo quiero y que deseo
y vivas, junto a mí, esta maravilla..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/09/15

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