RECUERDO QUE MIRABA TU VESTIDO...


Recuerdo que miraba tu vestido,
la gracia, singular de tus rodillas,
y un dulce corazón, con su latido,
dejaba por mis venas campanillas.

Miraba tus pupilas, sorprendido,
y en ellas no veía pesadillas,
si acaso un trovador que, confundido,
llevaba su rubor a tus mejillas.

Recuerdo aquel verano, ya pasado,
y pienso en el otoño y el presente.

Vivimos, dulcemente, lo soñado,
logrando la cordura del demente.

Entonces corazón, mi ser amado,
no vivas de recuerdos solamente.

"...Entiende que la vida es poesía
y bebe de su néctar, día día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/09/15

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