ME DETENGO A DESCANSAR...



Me detengo a descansar unos segundos
y ajustar también mis ojos,
muy resecos por el viento.
Es un viaje agotador y comenzado
no sé dónde y no sé cuándo.

Hace frío, mucho frío y me soplo
entre los dedos de las manos
para dejar en ellos el aliento de mi boca
y calentarlos así, ilusamente.

Doy dos pasos adelante y miro al cielo
que se oculta entre las nubes.
Desde ellas caen los copos de la nieve
que no cesa y que se mezclan
con las gotas de la lluvia
en una combinación perfecta que blanquea
el suelo poco a poco,
transformando a esa tierra
en una alfombra delicada y sugerente.

Mientras esto sucede, retorno a la vida
y escucho el tic-tac del reloj en mi pecho
con ese sonido inconfundible y pendular
que bombea la sangre por mi cuerpo.

Sin darme cuenta he caminado hasta la Residencia
donde esperan la mirada y la esperanza,
tantas gentes.

Aún no sé cómo he llegado hasta este sitio
y no sé cómo mis pasos me trajeron a su puerta.
Veo un timbre y me resisto a su sonido
pues no quiero que se rompa este silencio
ni que el sueño del que duerme
sea roto en mil pedazos por mi culpa.

Una antena misteriosa se desliza
hacia los cielos, justo al lado,
en el campo de deportes.
Es quizás la receptora y emisora de mensajes
en un mundo virtual y sin fronteras.

Nuevamente me detengo,
mientras surge una sonría entre mis labios.
Hay dos mundos diferentes a mi lado
y entre ambos hoy me encuentro.
Uno de ellos tras la puerta blanquecina
de la dulce Residencia
con los hombres y mujeres que allí viven
con sus sueños y esperanzas
masticando el día a día y apurando los segundos
como el tiempo más hermoso que han vivido.
Y en el otro está el presente,
ese mundo de la vida y de las prisas,
donde todo nos estorba y pasa pronto,
donde gritan las pasiones
y hasta gime el corazón en soledad
y entre suspiros.

Hay dos vidas en la vida
y un futuro que se asoma vacilante
y receloso.

..Y yo en medio de las dos aquí me encuentro,
en un cruce de caminos,
con la hermosa margarita de un poema
entre las manos,
sin saber a dónde ir y en qué posada
descansar del largo viaje.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/13

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