DORMIDA LUZ...


Dormida luz despierta, con mis versos,
y surge con premura entre mis letras,
preciso que tu brillo enamorado
transforme la ilusión de mis poemas.

No vagues por regiones infinitas
cual nota de un juglar por la ribera,
ni vayas por la playa con las olas
besando sin cesar a las arenas.

Tú tienes la virtud del nigromante
que sabe adivinar lo que quisiera,
tan solo con mirar hacia los cielos
robándole su magia tan secreta.

Tú sabes discernir las emociones
y sabes separar tantas quimeras,
que vienen a los hombres más humildes
por medio de utopías y leyendas.

Yo quiero que ilumines mi camino,
que seas de mis versos la linterna,
el faro y el fanal del navegante
que marcha por el mar hacia otras tierras.

Mas quiero que tu norte sea exacto
y evite el cruce extraño de otras huellas,
no quiero que se mezclen las pasiones,
allí, donde el amor es pura esencia.

Dejemos la pasión a los amantes
que vivan y disfruten cuanto quieran,
y demos a las almas que florecen
el rayo juvenil de las promesas.

"Prometo que te quiero y que te amo..."
así proclama el niño en su inocencia
"...Y yo te querré siempre, mientras viva"
responde, como un eco, su pareja.

"...Dormida luz, que vives en la noche,
yo quiero, en tu ventana bien abierta,
que surjan carruseles divertidos
y bailes de cristal, con cenicientas.

Entonces sabré bien que tú me has dado
la calma que precede a la galerna,
y el néctar y elixir, de amor sin nombre,
que gritan y proclaman los poetas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/02/14

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