RECUERDO AQUELLA NOCHE...



Recuerdo aquella noche que me diste
tu mano y me invitaste a la bolera,
bebimos y jugamos sin descanso
y luego contemplamos las estrellas.

Fue un rato divertido, no lo niego,
que luego rubricaste con tu oferta,
dijiste de ofrecerme una aventura
plagada de lascivia y de sorpresas.

Y así me condujiste hasta una sala
y allí te desnudaste con presteza,
querías entregarme tu regalo
rompiendo la virtud de mi inocencia.

No niego que fue un rato divertido
plagado de delirios y promesas,
los unos alterados por la fiebre,
las otras por palabras indiscretas.

Entonces entendí que yo te amaba
así, de esa manera y como eras,
sin ganas de cambiarte por ninguna
reliquia que alterara tu pureza.

Tú eras la princesa de los sueños,
la puta de mi lecho de violetas,
la dulce encarnación de lo creado
y el sexo en que dejaba mis ofrendas.

...Perdóname la estrofa, sin sentido,
los versos anteriores y mi ofensa,
no quiero profanar tu santuario,
ni ser el Peter Pan que te defienda.

Yo sé que tú eres libre y vuelas lejos,
que empleas el amor como una piedra,
con ella nos golpeas y castigas
y luego tras tus actos te lamentas.

Quisiera comprenderte más a fondo,
incluso penetrar en tu cabeza,
estar en los latidos de tu pecho
y así poder saber cómo te encuentras.

Más quedo silencioso entre la bruma
cuajada de recuerdos y tristezas,
te tuve o no te tuve entre los brazos,
es duda que tendré hasta que me muera.

"...Recuerdo aquella noche que me diste
la mano y me atrapaste con tu esencia,
entonces me dijiste que me amabas
o así yo lo entendí con mi torpeza..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/14

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