ME GUSTA MI VESTIDO DE PAYASO...


Me gusta mi vestido de payaso
que oculta la figura de la tarde,
me tapa las ojeras, dulcemente,
y el modo de mis pasos vacilantes.

Resguarda mi presencia de la vida
y cambia sus ventanas por cristales,
haciendo que amortigüen los recuerdos
de viejos ventanales que allí yacen.

Los ojos no adivinan el pasado
y siguen las palabras y las frases,
cual bellas mariposas extendidas
de labios invisibles que renacen.

Yo busco, en la figura reflejada,
al hombre que me diga lo que sabe,
al alma tan inquieta de su infancia
y al niño juguetón y sin alardes.

Me gusta retozar, por los tejados,
cual gato panza arriba en los marjales,
le sigo y le sonrío, en mi utopía,
y espero que me guarde sus verdades.

Me oculto tras la máscara del tiempo
y dejo que mis lágrimas se apaguen,
no quiero que mis ojos se desborden,
ni quiero que me tachen de cobarde.

Prefiero resignarme a mi destino
y ser la marioneta de este baile,
el clown de los ojitos soñadores
y labios con sonrisa puntuales.

La vida es una caja de sorpresas
y en ella no elegimos sus mitades,
nos toca, en el reparto, cualquier cosa
incluso las mentiras más audaces.

"...Me gusta retener, entre mis labios,
el néctar de tus besos virginales,
en ellos me decías que me amabas
y yo te contestaba "que adelante"..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/14

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