ERA UN PREMIO CARGADO DE TERNURA...


Era un premio cargado de ternura,
una bella espiral, unas palabras,
una imagen de luz y colorido,
y un abrazo dejado en la distancia.

Yo lo vi con los labios temblorosos
y sentí "la galerna" de mi alma,
revolverse entre versos y poemas
y escapar con los mares y las "algas".

Recordé los umbrales del "infierno"
y las puertas ardientes traspasadas,
el calor que asfixiaba los instintos
con los leños cambiándose por llamas.

Era un fuego, quizás insoportable,
deseando volar por la ventana,
hacia el "hielo" sagrado de la tierra
y fundirse en vapor en sus entrañas.

Pero entonces estaba el fiel desierto
con su "arena" maldita hacia la nada,
y también los confines de una vida
que impaciente los ritmos me marcaba.

Más el "viento" besaba mis cabellos,
y también las mejillas tan livianas,
que sentían el premio de unos labios
con un tierno suspiro por la cara.

Yo apreciaba aquel premio tan sagrado
y lloré con mil lágrimas amargas,
como lloran así, los peregrinos,
al llegar a la meta tan ansiada.

Y dejé que volaran las gaviotas,
con un aire marcial sobre la playa,
y seguí, tras su vuelo presuroso
a la costa, que estaba muy cercana.

A lo lejos clamaba la galerna
con su voz angustiosa y demudada,
parecían que fueran letanías
los lamentos que el aire desgranaba.

"...Era un premio cargado de ternura,
un crisol de poemas y de cartas,
un conjunto de versos reunidos
con sus rimas, de amor, encadenadas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/14

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