UN INVIERNO SIN NIEVE...



Un invierno sin nieve,
un verano sin sol,
el otoño sin chispa,
primavera al fogón,
volarán golondrinas,
cantará el ruiseñor,
hará nido el jilguero 
y su hermano el gorrión;
en la playa el cometa,
sin sedal y sin voz
vagará por el aire
con un sueño precoz
y las olas inquietas
buscarán un reloj
sin resacas y tiempos
que le den su colchón;
pero un niño, intranquilo,
y quizás soñador,
vivirá intensamente
y amará por los dos,
por el hombre que marcha
y que busca a su dios,
por el niño que juega
y persigue a un ratón.

Un juglar soñoliento
bostezando salió
de su casa temprano
a dejar su canción:
un pastor de rebaños
por el campo pasó,
a llevar las ovejas,
y a comer su ración,
pero un lobo perdido
sus colmillos mostró
y bramando con furia
expresó su furor,
el pastor, simplemente,
levantó su bastón,
y ante aquella amenaza
nuestro lobo asustó,
se marchó muy deprisa,
temeroso y veloz,
recogiendo su rabo
por los suelos sin flor,
y termina la historia
como ya comenzó:
"Un invierno sin nieve,
un verano sin sol..."

"...Son bonitas las bromas,
como aquel diapasón,
que en el campo mostraba
un genial girasol..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/18

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