HOY VI UNA ROSA EN EL SUELO...


Hoy vi una rosa en el suelo
olvidada y a su suerte,
era una rosa granate
entre hojas color verde.


¡Verdes campos de mi tierra
donde la rosa se muere,
arrancada por un alma
tan injusta que no siente!


Recogí la rosa roja
y limpié su polvo inerte,
contemplando la hermosura
de sus pétalos tan fieles.


¡Rosas rojas de mis campos
sois la sangre de las frentes,
la expresión y la pureza
de sus hombres y mujeres!


Más no pude remediarlo
y lloré modestamente,
con las lágrimas cautivas
contenidas y tan fieles.


Y mis lágrimas rozaron
a la rosa dulcemente,
y creí se estremecían
esos pétalos de nieve.


Los gorriones me miraban
con sus cánticos tan breves,
amparados por las ramas,
y la sombra, en los cipreses.


Una niña sorprendida,
con claveles en el pelo,
contemplaba mi dilema
y las lágrimas calientes.


Y me dijo estas palabras
pronunciadas lentamente,
y mirando mis pupilas
con sus ojos tan celestes:


"Si me dejas esa rosa
yo la llevo hasta la fuente,
para ver si la frescura
le da vida y no se muere."


Y le di la rosa roja,
corazón de los creyentes,
ese signo de la vida
y el amor que la sostiene.


Y la rosa, de su mano,
fue aliviada de la fiebre,
restaurada de la herida
reviviendo eternamente.


Rosa roja malherida
por un alma tan endeble,
promotora de estos versos
de un poeta que te quiere.


¡No te vayas de mi lado
no te enfermes ni me dejes,
pues yo quiero que me alumbres
y sentirte entre mis sienes!


"...Hoy vi una rosa en el suelo
olvidada simplemente,
era una rosa granate,
una rosa de la suerte..."


Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/12

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