VERDES OJOS, VERDES CAMPOS...


Verdes ojos, verdes campos,
verdes mares de mi tierra,
que no olvido y que recuerdo
cada día y con frecuencia.


Porque verde es ese manto,
como mítica bandera,
que acaricia nuestras almas
y que alivia las tristezas.


Verdes ramas de las hayas
que se asoman en Lebeña,
verdes robles solitarios
de Lafuente y de Cabuérniga.


Hay un verde de esperanza
que nos dejan las mareas,
y otro verde en unos ojos
de una niña barquereña.


Y esos ojos me persiguen,
se han dormido en mi cabeza,
y ahora sólo veo el verde
que al mirar ya me marea.


Verdes sueños de la infancia,
esa edad de la inocencia,
donde el verde es llamativo
y provoca y embelesa.


Pero el verde que yo añoro
es aroma y es esencia,
es caricia de la brisa
y es nordeste en la ribera.


"...Verdes ojos, verdes campos,
blanca el alma que os vea,
porque siempre sus pupilas
os verán como un poema..."


Rafael Sánchez Ortega ©
Zernez, 13/09/12

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