MORIRÁN LOS OTOÑOS...


Morirán los otoños
y también los inviernos
y otra vez los trigales
nos darán nuevos sueños.

Porque es ley de la vida
y son ciclos severos
y que un año tras otro
se presentan de nuevo.

Aún recuerdo el verano
con añiles los cielos,
y la luz tan brillante
de sus ojos despiertos.

Pero corren los días
y con ellos, sin freno,
se marchitan las rosas
y los lirios tan frescos.

Se nos van las pasiones
y también los recuerdos,
en un dulce septiembre
con zapatos hambrientos.

Porque el fin del verano
no se mide en el tiempo,
ni lo miden las horas
ni el reloj tan inquieto.

Son segundos que pasan
caracolas sin frenos,
es la arena menuda
y el salitre en los cuerpos.

Es la tierna agonía
de entregar lo que quiero,
y decir sin palabras
todo aquello que siento.

Morirán los otoños,
los veranos primero,
y otra vez, nuestras almas,
buscarán el silencio.

Buscarán esos labios
tan lejanos y tiernos,
que nos dieron la vida
y cubrieron de besos.

Buscarán las sonrisas
y el candor de los dedos,
que rozaron las manos
y enervaron los senos.

Buscarán, sin lograrlo,
y a la sombra del fresno,
a la ardilla coqueta
que trepaba por ellos.

Pero todo termina
y no valen remedios,
ni tampoco palabras
temblorosas de miedo.

Yo me quedo esperando
con los ojos abiertos,
a que empiece otro ciclo
en un marzo muy bello.

Nacerán primaveras
con rosales y versos,
y vendrán mariposas
a dejarnos sus vuelos.

A decirnos a todos
que está aquí, ya de nuevo,
la ilusión y la vida
de poetas y ciegos.

"...Morirán los otoños
pero no, nuestros sueños,
mientras quede un suspiro
en los labios sedientos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/12/12

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