ME ACORDABA DE UN RINCÓN...



Me acordaba de un rincón
y de noches con estrellas,
con la sombra de aquel pino
orgulloso y centinela.

La ciudad quedaba atrás
y en la misma tanta esencia,
con recuerdos de un pasado
entre versos y poemas.

Porque aquí surgió la magia,
los suspiros y bellezas,
la ilusión por un futuro
compartido y sin reservas.

Yo escuché las caracolas
y los cantos de sirenas
y te dije que te amaba
recordando las mareas.

Vi los cielos entreabiertos
y por ellos mil luciérnagas,
que aplaudían con sus luces
juguetonas y coquetas.

Y te amé sin más palabras
en presente y en ausencia,
rescatando de tus labios
el susurro de tus venas.

Me decías que me amabas
con tu alma de gacela
y también con tus sentidos
desbocados cual galerna.

Y no quise resistirme
al encanto de tus huellas,
y seguí tras tus pisadas
peregrino de tu senda.

"...Me acordaba de un rincón
casi, casi de novela,
donde tanto nos amamos
y escuché tu voz tan bella..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Jaca, 08/06/14

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