CUANDO AQUELLA NOCHE...


Cuando aquella noche
oí tus palabras,
noté que unas rosas
tocaba mis alas.

De pronto subía
y al cielo y volaba,
marchaba muy lejos,
por costas y playas.

Llevaba en mi oído
tu voz y llamada,
el lindo mensaje
de paz y de calma.

Venía, conmigo,
tu sal y tu gracia,
y aquella diadema
brillante de nácar.

No sé si el destino
rompió tanta magia,
o fueron los sueños
con gruesas legañas.

Llegaron las sombras,
las nieblas amargas,
y allí se fundieron
tu voz en la nada.

Lloraron mis ojos
quebrándose el alma,
tras varios intentos
de verte, sin falta.

Tu voz, ya perdida,
quedó en la distancia,
sonando y sonando
su música sacra.

"...Cuando aquella noche
sentí que llorabas,
temblé como un niño
perdido y sin habla..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/01/16

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