YA SUENAN LAS CAMPANAS DE LAS DOCE...


Ya suenan las campanas de las doce
y llaman a la iglesia y a la misa,
el acto que celebran los creyentes
con rezos, oraciones y sonrisas.


Para otros son las doce campanadas
que indican que ha llegado el mediodía,
es la hora de secarse los sudores
buscando en la taberna la sombrilla.


Hay niños que caminan rezagados
y llegan con retraso a la homilía,
hay jóvenes que fuman indolentes
al pie de la bolera muy tranquila.


La fiesta es un extraño componente
de imágenes plasmadas con arcilla,
momentos dibujados por las manos
del sabio creador y del artista.


Un día, en el comienzo de la nada,
los labios de los dioses con su brisa,
crearon estas sombras y estas luces
formando el universo de la vida.


El hombre se formula mil preguntas,
ninguna le parece la concisa,
preguntas y respuestas sin sentido
que nacen de su alma peregrina.


Quizás en los umbrales de la infancia
se encuentre la más clara maravilla,
el mundo de los sueños y colores
que gozan esos niños cada día.


El mundo del eterno interrogante,
y el alba con su forma tan sencilla,
el niño que despierta en la mañana
la infancia de la eterna fantasía.


Seamos como niños, en los sueños,
y nunca renunciemos a la risa,
el lazo de bramante de la infancia
con globos de color y algarabía.


Dejemos que resuenen las campanas
y vayan los creyentes a la cita,
dejemos que otros hombres ya descansen
y busquen en la sombra su caricia.


"...Ya suenan las campanas de las doce,
el día que ha nacido se marchita,
la tarde ya comienza en este instante,
y avanza hacia la noche muy deprisa..."


Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/12

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