YO QUISIERA CHARLAR...



Yo quisiera charlar con los árboles mudos
y contar a los chopos y robles
mis sueños de níño.

Es difícil romper el silencio y la paz de la noche
con el grito sesgado del búho,
con la voz angustiosa del niño que llama,
con el dulce mensaje que dejan las olas,
con la amarga campana que marca las horas,
y también con el paso cansado del hombre
que marcha a su casa.

Más quisiera seguir con la charla en silencio,
pasear por el bosque desnudo
y sentir el rocío en la noche
besando mi espalda.

Es difícil saber descifrar en la noche
el mensaje que emiten las sombras,
el lenguaje sin voz de los lirios,
la mirada de amor de la luna,
la pasión en el pecho encerrada
y el volcán de la lava que surge de pronto
en el alma, recorre las venas sin freno,
que aturde, que estalla y que mata.

Yo quisiera ser niño de nuevo
y charlar con los árboles mudos de antaño.

Es difícil volver a esos sueños
y rozar con mis manos las alas que aquellos llevaban,
igualmente es difícil notar la dulzura y sosiego
del ave en su vuelo,
la dulce palabra que daban las rosas,
el velo, con paz y misterio, cubriendo a las nubes,
y el paso cansino y sin pausa del viejo maestro
llegando a la escuela.

Más quisiera seguir el monólogo sordo
y correr tras mi voz por el bosque en silencio
para hallar y encontrar la respuesta a mi sino,
a esas dudas de niños que todos tenemos,
a ese canto de amor a una imagen sagrada.

"...Yo quisiera charlar con los árboles mudos
y charlar a la vez con mi alma,
sin testigos ni miedos que puedan palparse,
solamente con ella y contigo mi Amor,
en silencio..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/12

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