HOY HE VISTO TU ROSTRO ANTE EL ESPEJO...


Hoy he visto tu rostro en el espejo
olvidado del recuerdo.
Volví a él a buscar la tierna imagen de la infancia,
aquella en que enfundado con mi ropa del colegio
posaba ante el fotógrafo
con otros compañeros de las aulas.


Entiendo que la infancia está lejana
y aún no sé por qué volví a buscar
aquella imagen que tenía en la memoria.
Y entonces, entre tantas fotos vi una tuya.
Allí estabas y así te recordaba todavía.
Con tu cara sonriente,
la mirada perdida,
como buscando mariposas ó estrellas en el cielo,
el pelo recogido en unas trenzas
y tus manos llevando, como siempre,
aquella libreta que era tu diario.


¡Cuántos recuerdos me devolvió el espejo!


Era como si un tiempo detenido de mi vida
volviera a mi de nuevo y me invitara
a participar de aquellas escenas,
de aquellos momentos inolvidables,
de aquella inocencia perdida,
cuando aún jugábamos en los recreos,
nos ayudábamos en las tareas y luego,
hasta la hora de cenar,
buscábamos un rincón en el muelle
para contar historias
y soñar con que salíamos al campo
a cortar aquellos mantos blancos de mayo
para llevárlos a la Iglesia.


¡Qué tiempo aquel
y cuántos recuerdos retenidos en el alma!


Hoy el cristal me los ha devuelto,
me ha traído de nuevo aquellos fragmentos de mi vida
y te ha traído de nuevo con tu figura infantil,
con aquella risa seductora,
con aquel alma que desbordaba alegría
y a la que prometí querer, como quieren los niños,
de verdad y para siempre.


...Hoy, han pasado muchos años, ¡muchos ya!
y sólo he visto tu rostro en el espejo
olvidado del recuerdo.


Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/12

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