HOY TE VI Y NOS ENCONTRAMOS...


Hoy te vi, y nos encontramos,
y no pude resistir la tentación
de acudir a mis recuerdos.


He buscado entre las páginas gastadas de mi vida
tu presencia y allí estabas,
con tus hojas ya doradas del otoño,
con la cara sonriente que recuerdo,
con tu voz y tu figura inconfundibles,
con la gracia y la ternura que eran tuyas
y que dabas y entregabas con afecto y con cariño.


He escuchado grabaciones de poemas
que escribiste hace tiempo
y que guardo fervoroso en la caja de alabastro de mi pecho.


He sentido que tú estabas ahí de nuevo,
con tu risa y la palabra entrecortada,
con el sello que te hacía tan distinta ante mis ojos,
con el aura juguetona de princesa y de gitana,
al mismo tiempo.


...Y he sentido escalofríos al venir a mis oídos
esa voz que me llenaba plenamente,
esas líneas que tus labios daban vida en la lectura,
y que tú, cuando escribías esas letras,
ni siquiera lo pensabas.


¡Era el tiempo del amor y las sonrisas!,
¡era el tiempo de los sueños infantiles
al que no me resignaba en el otoño de la vida!,
¡era el tiempo de vivir intensamente el día a día...


...Hoy te vi, y nos encontramos,
y no he podido resistir que, tras leerte y escucharte,
los recuerdos y nostalgias se apoderen de mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/05/12

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