LA PUERTA ESTABA ENTORNADA...


La puerta estaba entornada
y yo la quise cruzar,
con dos rosas para darte
y mis sueños de cristal.

Pero no vi, tras la puerta,
la careta y antifaz,
de otros sueños olvidados
que se dejaron atrás.

Sueños bellos, sueños nobles,
sueños de niños en paz,
con el rocío en sus notas
y una esperanza detrás.

Así que pasé la puerta
y me azotó el vendaval,
la galerna tan furiosa
no se hizo de rogar.

Hubo besos traicioneros
y hasta abrazos y un puñal
y los sueños de aquel niño
se quedaron más allá.

Se encogieron con el miedo
y sus lágrimas de mar,
se fundieron con la brisa,
el salitre y alquitrán.

Unas lágrimas sinceras
le bajaron por su faz,
y los ojos temblorosos
no cesaban de llorar.

Dos pupilas soñadoras
y dos versos nada más,
que querían ver los labios
y posarse en un rosal.

...Dicen que todo se pasa
que el amor es "saciedad",
que se agotan los suspiros
y la brisa sabe a sal.

Pero la puerta entreabierta
yo la quiero recordar,
con los sueños infantiles
que durmieron con la edad.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/09/14

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