GRACIAS A LA VIDA...


Gracias a la vida
pude conocerte,
sentir tus caricias
y llevarte al baile,
estar a tu lado
viendo los gorriones
y aquellos momentos
tan inolvidables.

Gracias a la vida
noté tus temblores,
la mirada tierna 
y tu voz tan suave,
que decía tanto
en unos susurros,
junto a mis oídos,
al caer la tarde.

Gracias a la vida
te di mi cariño,
recibí tu mano
y tomé tu talle,
te ofrecí mis besos
que tú recogiste,
con gracia y salero,
en aquel instante.

Gracias a la vida
pude ver tus ojos
leer sus poemas,
sus versos y frases,
y entonces, mi vida,
sentí que temblaba
el alma del niño
de aquel hombre grande.

Gracias a la vida
corrí tras tus pasos,
seguí tu camino
por plazas y calles,
y una linda noche,
con luna y estrellas
me diste tu abrazo
y tembló mi carne.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/14

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