POR UN PUENTE DE PLATA...


Por un puente de plata
caminaba descalzo,
con los sueños a cuestas
y siguiendo mis pasos.

Ibas tú, dulce niña,
con tu mano en mi mano,
y tus labios preciosos,
casi, casi temblando.

Esperabas mi beso
y con él el regalo,
la diadema sin nombre
y el jazmín perfumado.

Esperabas la risa
que surgiera del árbol,
y el sonido del río
con su canto embrujado.

Esperabas al hombre
que surgiera del lago,
con la estrella y la luna
y aquel sol del verano.

Por un puente de plata
caminaba despacio,
sin temor a la vida
y a sus dardos dorados.

Iba a ti, como siempre,
a buscar un abrazo,
y aquel verso agridulce
de tus ojos tan claros.

Pero tú detuviste
la canción de mis labios,
y clavaste en mi pecho
una espina en tu dardo.

Una herida profunda
recorrió mi costado,
y murieron mis sueños
como mueren los nardos.

Marchitados y sucios,
sin siquiera regarlos,
suplicando clemencia
y un favor marchitado.

"...Por un puente de plata
se perdieron tus pasos,
y quedé en el silencio
conteniendo mi llanto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/09/14

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