NO HAY TIEMPO...


No hay tiempo para más, me falta el tiempo,
para buscar la copa tan sagrada,
para soñar mirando las estrellas
y para dar la entrega que reclaman.

Ya son del mar mis sueños inconclusos
y dormirán galernas y bonanzas,
yo seguiré remando en el vacío
en esta marcha ausente hacia la nada.

Quizás queden recuerdos y reproches
envueltos con suspiros y nostalgias,
quizás la fantasía de unos años
donde abundó la risa y la palabra.

Pero no hay resquicio en este tiempo,
no existe ya la voz que me llamaba,
ni el dulce escalofrío de la sangre
corriendo por las venas desbocada.

No hay tiempo para más, me falta el tiempo,
se apaga para siempre la esperanza,
la antorcha que alumbraba mi camino
vacila con el viento que la apaga.

Me duele el corazón en esta noche
y un nudo se me forma en la garganta,
quisiera sonreír, mirar al cielo,
más tengo que secar solo mis lágrimas.

Es mucha la distancia recorrida
y poco lo que resta de llegada,
el tiempo se termina lentamente
y siento que el dolor me embarga el alma.

Me muero corazón, y tú lo sabes,
me voy hacia las sombras que me aguardan,
y parto tras vivir, amando y ciego
cortando de la vida sus amarras.

No hay tiempo para más, me falta el tiempo,
es hora de poner en la balanza
los puntos a favor y los contrarios
del tiempo transcurrido y que se marcha.

Se quedan detenidos los proyectos,
los sueños con abrazos en la playa,
los ratos extasiados en la noche,
mirando las estrellas que pasaban.

Y quedan los recuerdos suspendidos
dejando que el Amor dicte su carta,
la carta del adiós y la derrota,
del tiempo ya vivido y que se escapa.

Aquí, junto al ciprés, sólo un susurro,
la brisa y el nordeste ya me abrazan,
y saben, por que son así testigos,
¡que muere un corazón y escapa un alma...!

Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/12

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