SIENTO LA CARICIA DE TUS LARGOS DEDOS...


Siento la caricia de tus largos dedos
llegando hasta mi cuerpo,
y me estremezco con su roce.
Pero me gusta este momento inmenso,
este estremecimiento que me embarga,
esta sensación de tu presencia
que me avisa en un susurro que has llegado.


Hay una ligera niebla que se escapa de tu vientre,
es como la respiración de una persona fatigada,
aunque también me recuerda al marino silencioso
y expectante
que observa en la atalaya esa entrada de la barra.


Pero tu caricia se prolonga con el tiempo
y la subida de las aguas,
es un acorde interminable en ese flujo
que nos dejan las mareas,
es una lágrima lasciva que recorre
lentamente todo el cuerpo potenciando
los sentidos y el deseo,
es el precio del pecado que se paga por tenerte
y recibirte en la mañana.


No sé bien lo que me pasa
y te recibo entre mis brazos,
me abandono a tu presencia con mis ojos soñadores,
hay suspiros que se escapan de mis labios,
hay amor y sinfonía en tus abrazos y tus besos,
hay en ti, mi viejo viento del nordeste,
ese algo inmaculado que me llama,
que me grita
y que hace que te siga con mis sueños.


Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/12

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