HOY DEJO EL CORAZÓN ABANDONADO...


Hoy dejo el corazón abandonado
para escuchar tan solo sus latidos,
para que mande al cielo una plegaria
y alivie mis oídos con sus trinos.

Entonces este pecho se desborda
igual que las corrientes de los ríos,
que bajan rebosantes por las aguas
e inundan las riberas y molinos.

Más dejo al corazón en su galope
que plasme los renglones con sigilo,
que siga los dictados de la mente
y extraiga la raíz de los sentidos.

Quizás en tanta sangre acelerada
está la maravilla que persigo,
palabras transformadas en materia,
imágenes que digan que estoy vivo.

Es fácil que aparezcan unas nubes
con brisa que molesten a los lirios,
y caigan unas gotas caprichosas
de lluvia que nos mojen los vestidos.

Entonces buscaremos un resguardo,
en tanto proseguimos el camino;
tratando de aguantar los chaparrones
a base de nostalgias y de mimos.

Tan pronto como pase la tormenta
retorna el corazón con nuevo brío,
y vuelven los galopes incesantes
y siguen los latidos con ahinco.

¡Qué fácil es amar cuando se tiene
un dulce corazón que va contigo!,
lo llevas en el alma transplantado
y vive tu dolor y tus suspiros.

Entonces corazón, si así te encuentras,
escribe lo que sientas de ti mismo,
no temas los murmullos de las gentes,
tan solo lo que dicten tus sentidos.

Serás la referencia de otros pechos,
amantes soñadores en peligro,
y puede que el farero de los mares
que alumbre corazones sin destino.

"...Hoy dejo el corazón abandonado
que vuele por espacios infinitos,
llegando a los rincones de las almas
y cubra sus nostalgias con cariño..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/07/12

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