QUERÍA QUE VINIERAS A MI LADO...


Quería que vinieras a mi lado
para sentir muy cerca tu sonrisa,
para mezclar tu aroma en mis sentidos
y sostener tu mano entre las mías.

Pero me quedo solo, en el silencio,
con el abrazo simple de la brisa,
con ese beso agreste del nordeste
cargado de salitre y que acaricia.

Me quedo nuevamente en el recuerdo
mirando el horizonte de la vida,
contando los veranos del pasado
cargados de ilusión y fantasía.

Y vuelven los momentos de ese tiempo,
los juegos, los estudios y la misa,
la hora de dormir a pierna suelta
soñando con estrellas muy bonitas.

Y vuelve la pasión del tío vivo,
caballos de cartón y los tranvías,
gigantes que asustaban nuestros pasos
y enanos con sonrisas infinitas.

Recuerdo aquella tarde en el colegio,
sintaxis, redacción y geografía,
quebrados y ecuación aleatorias
y un mundo de terror tras la plumilla.

Tú estabas a mi lado, en el pupitre,
llenabas mi cuaderno sin ser vista,
cuidabas a mis nervios simplemente
dejando entre los mismos tu alegría.

Recuerdo tantas cosas de aquel tiempo
que pierdo la memoria con la prisa,
más creo que el pasado estuvo lleno
de sueños, de ilusión y de utopías.

Por eso los recuerdos se revuelven
y alteran a las almas sensitivas,
la sangre nuevamente se renueva
latiendo el corazón con energía.

Y vuelven las imágenes sagradas,
las caras tan hermosas y queridas,
los rostros que arrancaron tus suspiros,
los labios que besaste tan deprisa...

"...Quería que vinieras a mi lado
para volar contigo, en nueva cita
y renacer, de nuevo, con un sueño,
conjunto y para siempre, vida mía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/07/12

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